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Islas Perhentian

Actualizada el 19 Nov 2018

Aclara el cristal de las gafas de bucear, póntelas en la cara, afianza la goma de tubo entre tus dientes… y con un empujón, empieza a deslizarte sobre la superficie del mar de las Islas Perhentian con la vista fija en el fondo.

Al principio, verás solo arena y rocas… y un azul turquesa que se irá haciendo más borroso para justo después, transportarte a otro planeta.

Y es que de pronto volarás sobre una ciudad de coral multicolor, habitada por miles de seres de colores y tamaños que quedan fuera del alcance de tu imaginación. El agua es tan clara, la visibilidad es tan absoluta… tanto por ver, tanta información, que finalmente te limitarás a flotar, acompasando la respiración y disfrutando del espectáculo que tienes justo debajo de ti.

Los peces te rodean, lo colorean todo. Doris y Nemos por doquier, rayas, peces espada…

Sacas la cabeza a la superficie. Respiras hondo. Y resulta que lo que te encuentras te maravilla tanto o más que tu nuevo mundo sumergido…

Estás en las Islas Perhentians. A 19km de la costa noroeste de Malasia Occidental, en el estado de Terengannu. Dos islas que te transportan a un mundo de playas, selva y vida marina donde te evadirás de todo.

Cuando traduces el nombre “Perhentian” del malayo y ves su significado, “un lugar donde detenerse”, todo empieza a cobrar sentido.

Olvídate de las carreteras, los transportes, las tiendas, los cajeros… Has ido a parar a un mundo sin horarios y en el que tu única preocupación es dónde disfrutarás del atardecer ese día. Y qué atardecer.

Las Islas Perhentian te regalan paz. Dentro y fuera del agua. Te ofrecen un lugar de descanso único donde maravillarte con la naturaleza en estado puro…

Un lugar donde reina la jungla, y sólo se detiene a unos pocos metros del mar, sin dejar apenas lugar para los bungalows y ‘restaurantes’ dónde puedes alojarte y te darán de comer, pequeñas construcciones de madera levantadas sobre arena blanca.

Arena que querrás descubrir, investigando cada esquina de la isla, cada rincón. Y para ello, solo hay dos opciones: atravesar la jungla, donde, si miras bien, quizá puedas cruzarte con algún lémur volador, monos grises y marrones, insectos raros, ardillas, ciervos pequeños y lagartos enormes… O coger un “taxi” acuático, una pequeña canoa a motor que te llevará donde tú le pidas.

Yo no he descubierto las Perhentians. Pero las he vivido, exprimido, y se han quedado con un pedacito de mi. Me he perdido entre rocas para terminar cruzándome con tiburones, he saltado de cala en cala dejando que la naturaleza me sorprenda una y otra vez, he dejado pasar el tiempo flotando en el mar y he volado bajo el agua junto a una tortuga gigante.

Y es que creo que las fotos hablan por sí solas…

Sí, las Perhentians hacen justicia a su nombre.

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Carmen Mantecón

¡Hola! Soy Carmen, la chica que está detrás de esta página. ¡Mil gracias por leerme! Si te ha gustado no dudes en dejarme un comentario por aquí abajo... ¡Estaré encantada de saber de ti! Este blog nace de mi pasión por los viajes, y es que hace ya tiempo que descubrí mi propia fórmula de la felicidad: ¡viajar! Desde entonces, lo hago siempre que puedo, y aquí encontraréis algunos consejos y experiencias sobre mis aventuras. ¡Bienvenidxs!

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